Vemos sus videos y no podemos evitar el imaginarnos lo grande que pudo llegar a ser esta persona como futbolista. Esa vez que al mando de "jota jota" Oré brilló contra Brasil en aquel sudamericano juvenil en Ecuador. Un jugador que fue nombrado el mejor de ese torneo por encima de James Rodríguez. Pequeño pero con tremenda habilidad para romper cinturas. Un crack que no quiso ser explotado. De repente sí lo quiso, pero no tuvo cabeza para saber qué le convenía y qué no.
Cuando debutó en primera división con Alianza Lima, todos pensamos que comenzaba un muy buen camino para nuestro fútbol. Fué vendido al PSV Eindhoven y ya todos nos volvíamos locos. Pensamos que iba a superar lo hecho por Jefferson Farfán. Pero la fama vino y con ello comenzaron los problemas. Hoy lo podemos ver en el UTC de Cajamarca. Hablamos de Reimond Manco. El jugador que pudo ser un crack, pero que ahora es el crack de las discotecas. De hecho todo esto genera pena, pero es la siempre. Vemos a un buen jugador que desde niño demuestra tener mucha habilidad para el juego, pero una vez que la prensa lo comienza a idolatrar, todo se viene abajo.
Últimamente, Manco está en el ojo de la tormenta porque hace poco salió ampayado nuevamente, totalmente borracho, por un programa de farándula peruana. Se le ha visto caminando con tropiezos, se le ha visto siendo cargado y llevado a su casa como a un bebé, se le ha visto envuelto en escándalos con mujeres, etc. Da rabia el pensar que este jugador pudo ser grande, solamente si lo hubiera querido. Tuvo la oportunidad y no la supo aprovechar. Sigue siendo joven, con 24 años, pero a su vez sigue empeorando. La solución no está con sólo hacer un mea culpa colgando un video al borde de las lágrimas en redes sociales, porque aparte de generar burla con los cibernautas, no muestra signos de madurez. Si quieres cambiar, tienes que demostrarlo con tus actos. Ay Manco, ¿para qué te traje?
(Imagen: elcomercio.pe) |