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Este
viejo refrán lo escuche desde pequeño hasta el cansancio. Que la persistencia y
búsqueda de querer conseguir algo, uno la obtendrá de todos modos al tercer
intento. No hay que rendirse nunca, ni darse por vencido en el juego se suele
decir. Pero a veces hay ocasiones en la cual debemos dejar de lado estos dichos
y resignarnos a lo que nos toca.
Uno
que lo vivió en carne propia, fue Martin“El Loco” Palermo (máximo goleador de Boca Juniors) en una noche que no
olvidará nunca por errar tres penales en el mismo partido.
Retrocedamos
unos 15 años. Precisamente hasta la Copa América 99, realizada en Paraguay. Las
selecciones de Argentina, Colombia, Uruguay y Ecuador conformaban el grupo “C”.
Los albicelestes habían tenido un debut auspicioso frente a Ecuador con victoria por 3 a 1. Con un doblete de Palermo.
Bielsa lo convocó por sus dotes de artillero y la excelente campaña en el
bicampeonato con Boca Juniors. El “loco” no defraudó al menos ese día.
El
siguiente rival sería el cuadro cafetero. El encuentro se jugaba el 04 de julio
de aquel año y se esperaba otra actuación sobresaliente del ariete xeneize. Se creyó
que el equipo argentino pasaría por encima a Colombia, que tenía en su plantel
a una joven promesa de 16 años que terminó siendo el mejor jugador aquella
noche. Era Johnnier Montaño muy conocido por todos nosotros (hoy jugando en la
Univ. San Martin) que marcó un golazo en el recordado partido. Pero vayamos al
maleficio o al embrujo como muchos lo llamaron que tuvo “el loco” ese día. Argentina
salió arrolladora como siempre buscando el arco rival como acostumbran los
equipos de Bielsa. A los pocos minutos de iniciado el duelo. Penal a favor de
los gauchos. Y quien se encargaría de cobrar la falta. Indudablemente que
Palermo, al goleador nadie le sacaría la pelota y estaba ansioso por inflar las
redes para sumar un gol más en su cuenta personal y darle la ventaja a su
selección. Palermo te rompía el arco a la hora de patear un penal. No era de
los jugadores de colocar un remate con precisión al ángulo, ni mucho menos
tener la osadía de pincharla a lo Panenka. Él le pegaba con fuerza al esférico y apuntaba casi siempre al medio del arco. Para él era como estar frente a un paredón, fusilaba a los pobres arqueros. Minuto 6 del primer tiempo, Palermo frente al balón esperando
la orden del árbitro. Frente a él, resguardando el pórtico colombiano estaba el
recordado gran guardameta Miguel Calero (fallecido el 4 de diciembre de 2012).
Martin Palermo falla el penal le entró muy recto a la pelota, el disparo se
elevo mucho y se estrello en el travesaño para salir del campo de juego. Se perdió
la chance de ir en ventaja. Bueno muchos jugadores han fallado un penal. Martin
no era la excepción hasta ahí. Ya habría otra oportunidad. Pero sorpresa, Colombia
se adelanta en el marcador a través de otro penal, esta vez bien ejecutado por IvánCórdoba. Así se irían al descanso. Los albicelestes salieron en la segunda
mitad en búsqueda del empate, pero sus ataques eran bien contenidos por la
defensa colombiana. Hasta que llegó el minuto 29 de la etapa complementaria y
otra vez. Penal para Argentina. Era la noche de los penaltis. El árbitro fue el
paraguayo Ubaldo Aquino que creo le encantaban las penas máximas desde los 12
pasos. Nuevamente oportunidad para lograr el empate que tanto se había buscado
durante toda la segunda etapa. Todos se preguntaban ¿Quién sería el encargado? Pues
nada más y nada menos que Palermo, que le quitó la pelota a Roberto Ayala, que por decisión del comando técnico debía disparar. El loco quería sacarse el clavo del primer
penal errado. Fue en busca de su revancha, colocó la pelota en el punto de
sentencia y se alisto para cobrar. Adonde elegiría esta vez a la derecha,
izquierda o al medio como la vez anterior, eso si con su clásica potencia al
disparar. ¡No! Volvió a fallar, esta vez ni siquiera toco el travesaño. Ni lo
roso siquiera, elevó la pelota hasta la tribuna y en vez de que el balón sea
interceptado por Calero, fue atrapado por un espectador. No se lo podía creer.
Ni él, ni sus demás compañeros. Me imagino como habrá estado Bielsa en esos
instantes. Definitivamente una noche para el olvido, no le salía nada. El balón
se había peleado con él. Después de haber sido su cómplice en tantas ocasiones,
se convertía en su enemigo. El arco se le había cerrado, estoy seguro de que si
Colombia hubiera jugado sin arquero aquel día, ni así Palermo conseguiría anotar.
Parecía como si le hubiesen colocado un muro invisible en el arco, que
cualquier remate suyo directo a la portería sin ser atajado por el golero y
antes de traspasar la línea de gol tomaría un desvió extraño para perderse
fuera del terreno. Y para colmo de males, minutos después le convierten el
segundo gol a Argentina. Con el dos a cero la selección albiceleste quedó abatida sin reacción y como para
terminar de liquidarlos Montaño, de gran desempeño, puso el tres a cero a falta
de 4 minutos.
Una derrota categórica y inesperada por la fanaticada gaucha. Y aún faltaba más. El juez
paraguayo decide a falta de un minuto del final, cobrar otro penal a favor de los argentinos. Era para irse con el gol de honor. Y si aunque no lo creían muchos Palermo se armo de valor y fue por su tercer intento. ¿Quién sabe lo que pensaba el loco en esos momentos? Hay que tener personalidad para ir a patear un penal por tercera vez, cuando ya has fallado los dos primeros. Muchos creyeron que esta vez si la clavaba, que ya sería demasiado errar 3 penales en un mismo encuentro. Algo inverosímil y que sería titulares de diarios, noticieros, etc. Ahí estaba nuevamente esperando la orden del juez y con toda la tensión del mundo. ¡No puede ser! ¡Volvió a fallar! Atajo Calero. Algo inaudito lo que se vivió en aquel choque. Palermo, se llevo toda la atención de la prensa pero no precisamente por sus goles. Había conseguido un record mundial al ser el primer jugador en fallar 3 penales en un solo partido. No era una marca para ostentar o sentirse muy orgulloso. Por ahí se rumoreo que en el vestuario albiceleste se escucho a Marcelo Bielsa decir una frase en voz muy baja ¡Palermo, para que te traje!
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Una derrota categórica y inesperada por la fanaticada gaucha. Y aún faltaba más. El juez
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paraguayo decide a falta de un minuto del final, cobrar otro penal a favor de los argentinos. Era para irse con el gol de honor. Y si aunque no lo creían muchos Palermo se armo de valor y fue por su tercer intento. ¿Quién sabe lo que pensaba el loco en esos momentos? Hay que tener personalidad para ir a patear un penal por tercera vez, cuando ya has fallado los dos primeros. Muchos creyeron que esta vez si la clavaba, que ya sería demasiado errar 3 penales en un mismo encuentro. Algo inverosímil y que sería titulares de diarios, noticieros, etc. Ahí estaba nuevamente esperando la orden del juez y con toda la tensión del mundo. ¡No puede ser! ¡Volvió a fallar! Atajo Calero. Algo inaudito lo que se vivió en aquel choque. Palermo, se llevo toda la atención de la prensa pero no precisamente por sus goles. Había conseguido un record mundial al ser el primer jugador en fallar 3 penales en un solo partido. No era una marca para ostentar o sentirse muy orgulloso. Por ahí se rumoreo que en el vestuario albiceleste se escucho a Marcelo Bielsa decir una frase en voz muy baja ¡Palermo, para que te traje!
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